Comprenden ~

19/6/13

.

Estos días me he sentido en extremo extraña, sola (para qué vamos a andar con eufemismos). A pesar de estar rodeada de gente todo el día, siento que muy pocos son los de verdad, con el tiempo he aprendido a desconfiar y renegar de las adulaciones, de las felicitaciones vacías y sonrisas engañosas.
Creo que he pasado demasiadas alegrías sola por este motivo, muchos logros que no he podido compartir a cabalidad porque me da pavor contarlo, y es extraño incluso verbalizarlo, siento que mis mejores amigos, quienes deberían estar ahí incondicionalmente, no me apoyan y del más cercano no siento las buenas vibras, es más, su constante odiosidad en reacción hacia un odio inexistente (que creo es solo la mascareta de los errores que sabe ha cometido -y que en nada me afectan a mi-) hacen que me aleje y reprima cualquier muestra de afecto.
No sé qué tiene conmigo, pero dista mucho de ser la relación del inicio.
Finalmente en las personas más inesperadas encuentro el calor y el sentimiento de hogar.
Ahora me hace mucho sentido: la felicidad solo es verdadera cuando es compartida.

2/6/13

.

No sé si llamarlo amor, enamoramiento, capricho, querer. Ni siquiera sé si designarlo sea lo más adecuado, terminaría encasillándolo.
No lo siento siempre, por temporadas lo "olvido", pero cuando lo siento es como una patada en la cara, y no, no me esforzaré en buscar una figura lírica más estética, porque es así como lo siento: violento, doloroso, fugaz, intenso.
A veces quisiera no quererlo, por la imposibilidad tan obvia de que jamás va a corresponderme, ni ser algo más que un beso fugaz robado en el contexto que recordamos, una ida al teatro fracasada, un encuentro en el aeropuerto, un par de abrazos, un desayuno juntos, una ida a dejar en bicicleta al metro, una invitación a comer empanadas no aceptada, una foto jamás enviada y una semilla no regalada.
No quiero quererlo por la imposibilidad tan obvia de no correspondencia, pero luego me pregunto ¿qué más podría darle ese picor a mi vida? Es la única imposibilidad que perdura, lo único que quiero y no tengo (ni puedo tener) ¿cómo darme el lujo entonces de no quererlo?.
Es la representación lógica de los límites.

.

Ya va a ser un año desde que mi vida tomó este vuelco académico, profesional y nutritivo, donde por fin encontré el sentido de lo que estudio, la utilidad de mi existencia, lo que me mueve y moverá.
Sin embargo todo ha pasado demasiado rápido, y demasiado bien, no puedo hablar de altibajos, porque no han habido "bajos", y jamás pensé que eso me iba a tener tan incómoda.
Debe ser porque mi vida no se acostumbra a tanta estabilidad porque ha sido un ir y venir constante, un caerse y levantarse. 
Hoy no, hoy yo desafío a la vida, no al revés, hoy yo le saco el trote, no ella a mi.
Sin embargo esto ha significado perder un poco de "movimiento", cada problema tiene una solución, cada acto tiene una consecuencia, y todo aquello pareciera estar ya pre-definido.
Necesito cometer errores, volver a caerme, salir de mi estado de comodidad, solo un poco, para valorar (en toda su magnitud) lo que he conseguido hasta ahora.
(Y necesito conocer gente nueva)

De repente se asoman ~