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Me quiero despedir de la cordura, decirle lo poco amable que fue conmigo y lo poco que la extrañaré, son las 2.07 AM, acabo de terminar de arreglar el mundo en tan solo 8 páginas y estoy exhausta, ahora debo leer una imbecilidad del teológico para una prueba que tendré dentro de 8 horas, pero no lo haré, no puedo, me duele la cabeza y no consigo dormir, el cambio de hora aun me afecta y si cierro los ojos se me pasan las más diversas imágenes: desde las casas caídas de pelluhue, hasta la de él follándosela, nadie puede dormir así. Extraño el olor del sur, el anonimato de mi persona, la desconectividad (sí, acabo de inventar la palabra, y qué?), el cielo estrellado, y el silencio nocturno, matutino, en todo horario silencio... quiero volver allá, que me regaloneen con comida y que la gente me salude amablemente, que nadie me pegue estrellones en las calles, ni me apresuren con su ritmo neo-liberal, allá el tiempo no es dinero, allá el tiempo es tiempo y se acabó. Quiero tiempo de ese.

En 2 semanas más me iré a la conve, tanta gente que hasta me da miedo... Karla me hace reír mientras lee mi ensayo, me señala que una sociedad mejor sería una que se llame banana, las mujeres ocupen bigotes, nadie tenga poder, y podamos correr desnudos. Se me viene a la mente estúpidamente Chinoy, y la imagen de él en la fiesta de la primavera sentado en el piso con cara de curaito, la manera en que asintió a mi pregunta con la misma no-expresión, recuerdo la fiesta de la primavera con un sentimiento poco grato, debe ser porque ya se me largó la cordura, pero bueh, yo me entiendo. Debe ser porque no lo veré cuando tendría que verlo y porque sin querer lo quiero ya. Es paradójico esto, entretenido, interesante, fenomenológico (como no).

Lo que me estresa del pasado no es él mismo, sino las dudas que dejó y acarreo hasta ahora.

Chao cordura, hoy prefiero quedarme con la locura, esa que pocos entienden que es sinónimo de libertad.

2.17 AM, y mi mente se cae a pedazos.