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Si volviera a tener la oportunidad de hablarle a la cara probablemente el único par de palabras que articularía sería: ¿Por qué?, con cierta dificultad porque siempre me ha costado hacer esa pregunta, por eso me la he guardado por tanto tiempo. Mi rostro no reflejará nada más que extraña curiosidad. Tú probablemente me mirarás, luego hacia tu derecha y quedarás ahí, mirando hacia la nada por un par de segundos, maquinando la respuesta que será igual de simple que mi pregunta, pero sin embargo ocultará tanto o más que esta misma… un no sé brotará de tus labios y yo sonreiré. Con ese par de monosílabos me conformaré, cerraré el ciclo y te diré gracias, me preguntarás por qué las gracias y yo las reiteraré agregándole el nada más. En mi cabeza solo dará vueltas la frase de esa canción de Bebe, esa que dice con voz dulce y melodramática …pero el silencio es la más elocuente forma de mentir. Solo por pensar en esa frase te agradeceré. Luego hablaremos de nimiedades, obvio, todo parecerá una nimiedad después de cerrado el ciclo. Aunque lo más probable es que para cuando vuelva a tener la oportunidad de hablarte no la tome, porque no me interesa. El tiempo pasa y las cosas cambian y el ciclo lo cerré hace rato yo solita.-