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Divaguemos un ratito ¿vale? Si me pidieran describirte en una palabra sería imposible, pero el describirte, no la palabra. Se presta a la ambigüedad, como la vida misma no más ¿te acuerdas, cariño cuando te expliqué por qué todo sucedería en 20 años más? ¿Recuerdas también cuando te expliqué que significaba mi número de nacimiento? ¿Entendiste mi temor? Lo dudo, pues ni yo lo comprendí, era totalmente infundado sobre todo siendo un número maestro. Recuerdo cuando quedamos de encontrarnos en Florencia y ya no me mirabas a los ojos, ni a la cara siquiera, me seguías abrazando, pero ya no me mirabas. Yo si comprendí y sigo comprendiendo tu temor, aunque no me lo creas, se que te complica creer en mi, confiar en mi y lo entiendo, pero no lo acepto. Creo que volverse prescindible es lo peor que puede pasar. No tengo inseguridad sobre nada, algunas cosas/personas/hechos/situaciones se me volvieron simplemente indiferentes. Todo se agota en esta vida (pero se regenera) y el para siempre no existe, el toda la vida menos, pero el resto de la vida es mucho más lógico racional. Me da un poco de risa el futuro a largo plazo, aunque tengo re claro el próximo y la convicción aumenta las ganas de luchas. Tal vez si sea una nena mimada que siempre consigue lo que quiere y por eso se frustra un poco más de lo normal al conseguirlo a medias. Esto es algo que superaría a cualquiera.-