Comprenden ~

22/4/09

.

A veces lloro en las noches, así calladita, teniendo como única cómplice a mi almohada. Es que me acuerdo de ella y de tantas cosas que pasamos juntas, y me da pena igual porque ha pasado tan poquito tiempo y ya la echo de menos. El arroz no tiene el mismo sabor, ni la casa ese olorcito a cloro, como que hasta tus plantas se decayeron. Es que esa risa burlesca que me heredaste… si no me podiaí negar, viejita, por más que no te haya salido rusia de ojos azules, era más sangre de tu sangre que cualquiera. Todavía me acuerdo cuando me viste ya entrada en la pubertad y ya no me trataste como niña, me enseñaste esa coquetería que te tenías guardada, a echarme un poquito de colonia abajo del lóbulo de la oreja tirando para el cuello “para que así cuando se acerquen a saludarte de besito les quede tu olorcito en la nariz” me decías con tu mirada de secreto y sonriéndome siempre. Hago eso de la colonia sin darme cuenta, fue como nuestro pequeño truco secreto que se convirtió en costumbre, aunque ahora no es solo colonia lo que me rocío, sino todo tu recuerdo, toda tu esencia cítrica la llevo en mi y siento como me traspasas tu fortaleza, tu responsabilidad, tu sonrisa, tu soberbia, tu genio casi bipolar, tu sencillez que no me queda del todo bien, y tu vida que poquito a poco se te fue arrebatando, silenciosa, indolora, se te iba la vida ¡te marchitabas Elba! Sin que lo notáramos, sin que siquiera tú lo notaras. Y es que cuando lloro calladita en las noches lo único que me consuela es saber que eres una estrella, esa que titila harto allá arriba, porque siempre te gustó brillar, pero ni tú lo sabías.-

No hay comentarios:

De repente se asoman ~