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Y esta resulté ser yo, una muchacha con números indescifrables anotados en la palma de su mano, con hojas arrancadas de uno de sus 4 cuadernos de escrituras varias, dibujos privados en croqueras olvidadas, un corazón reconstruido después de 2 años gracias a la amable gestión de él, o ellos, no lo sé la verdad. Varias pasiones llamadas vulgarmente hobbys. Creo, sueño, imagino a destajo. Así resultó ser ella, una mujer con afanes de niña, olvidada a su suerte que resultó ser, solo ser. Ansiosa y risueña,corría,se detenía, corría, saltaba, corría, se caía y reía y volvía a correr, curiosidad empedernida que en más de alguna ocasión le significó un traspié. Así resultaron ser, dos almas unidas por una misma afición que difería en los objetivos, solo eso. Dos mujeres que se agitaban como un vals, llenaban el alma de cualquiera, o tal vez no. Que va… discurrían abnegando todo a con cada paso, vividoras del hoy, anhelantes del ayer, temerosas del mañana. Dos mujeres que habitaban un mismo hogar de carne y hueso, un corazón que palpitaba para ambas igual, pero con distintos significados, una era la ajena, le decían ella, otra era súper y más personal, le llamaban súper yo. Si Freud las viera sentiría un placer inexplicable por ver sus teorías tan bien aplicadas, lamentablemente, ni Freud estaba vivo, ni ellas eran una teoría; solo eran dos mujeres buscando su paz a través de la sonrisa.- esta ilustración pertenece a Irisz Agocs ®