Comprenden ~

2/11/10

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No hay tiempo para memoria adaptativa, ni sueños de 3ra, ni de yoyoísmo, ni de copias baratas e identidades inacabadas, no vale, no se vale… se escucha Kusturica y se lee a Katzenbach mientras el sol te invita a danzar con brisa entre tus pies. Se extrañan los amargos de sentir dicha en movimiento, se asustan las inseguras de ver brillar los colores, se ofuscan las envidias de escuchar risas que no les corresponden y abren sus brazos las realidades recreadas.

Nos sentamos en el cielo y las nubes nos ofrecen sombra, les contamos un par de anécdotas, de esas que nos sobran, y miramos de lo alto lo burdo terrenal, arreglamos ese mundo en lo que toca la campana un sacristán. Pero porfiados son los de tierra, agua y aire, les falta fuego, cocción a punto, un soplo de sabiduría (es que la Minerva está asmática ya) y alegría tierna a sus corazones.

Llueven colores, no los perciben, lloran vírgenes, ellos se ríen.

Le temo al frío, le temo a los grises, le temo a lo negativo, a lo que carece de matices, al infantilismo a destiempo, a las inseguridades exteriorizadas, impropias, a las bullas y meretrices.

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De repente se asoman ~