-Me declaro culpable, y confieso que no me arrepentiré, ténganlo en cuenta para cuando todo suceda y venga el sacerdote de mierda a pedirme el arrepentimiento para poder acceder a ese tal mundo celestial de ese tal Dios que debe estar empeñado jugando solitario o es un indiferente, porque el mundo está hecho una jodida mierda, y nadie hace nada, ni él. Hasta ahora.
quiero que comience así.
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