Comprenden ~

1/8/10

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En mi casa se come pescado todos los domingos, se lava la ropa los miércoles y sábados. Jugamos Uno o gran capital tomando mate cuando hace frío. Mis viejos pelean cada madrugada y con mi hermana nos hacemos las dormidas porque nos enseñaron a cultivar la indiferencia. En mi casa no tomamos desayuno juntos porque todos nos despertamos a deshoras, mi mai acostumbra a salir a trotar todas las mañas llueva, truene o relampaguee desde que la operaron. Desde que tengo memoria hemos tenido mascotas, nos alegran la vida. Mi perrita me despierta en las mañanas, salta a mi cama y me lengüetea la cara. Los fines de mes siempre son problemáticos, el dinero es siempre tema de discusión. Todos tenemos carácter fuerte, mi vieja me dice que soy super pesá cuando le digo las cosas como son… y sí, igual soy super pesá, pero nadie me enseñó a decir las cosas po’, en mi casa siempre se han dicho frontalmente, aunque duela. Mi vieja me enseñó a que no se debe llorar por nadie, que no podemos dar ese lujo, que la gente débil llora… ahora me he dado cuenta de que eso no es así, pero la costumbre no me permite llorar, una lata. En mi casa hay que pedir permiso para salir, se aprecia que se diga lo que pasa en nuestras vidas y la sinceridad. Mi vieja no soporta la gente con ideas distintas a las suyas, por eso a veces peleamos, mi viejo dice que es porque las dos somos igual de cerradas de mente… esa ha sido una de las frase que más me ha dolido. En mi casa no se suelen ver muchas películas porque todos tenemos gustos distintos, por eso preferimos verlas cada uno por separado. Hay una tele en cada pieza, la mía la vendí, no me gusta la tele, tengo en cambio un montón de libros. Mi vieja siempre me dice que le gustaría que leyera menos y actuara más, pero bueh, no todos tienen lo que quieren, no le puedo dar ese gusto. En mi casa no se dan esas preguntas de rutina “¿cómo estás?” “¿cómo te fue hoy?” y a veces siento que hacen falta.

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De repente se asoman ~