Asumo que soy una neurótica
Histérica y bipolar
Afanada por los ideales
Desdeñosa de lo terrenal
Debo admitir que a veces me olvido del mundo
Y el mundo hace lo propio
Olvidándose de mí
A simple vista soy solo
Una maraña de cabellos
Confabulados en mi contra
De ojos tímidos y seudo expresivos
Que hierven con las indirectas
Y se derriten con las directas
Acompañados de tupidas pestañas
Que adolecen crónicamente
Desde aquella tarde
En que el otoño se detuvo
Tengo mejillas estériles
Acomplejadas de su rubor
Labios que cerrados
Llaman más la atención
Estrellables y estrellados
Las veces que han sido necesarias
Más otras cuantas
Producto del hedonismo puro
Una suerte de nariz
Ajena a mis genes
Una risa estruendosa
Que prevalece a destiempo
Mezquina de pechos
Tozudos, negados a crecer
Carentes de gracia
Sobrados de amor
De cintura olvidada
Y mal aprovechada
Demasiado respetada hasta ahora
Ancha de caderas
Que niegan a quedarse en su lugar
Que ondean por líneas imaginarias
También poseo rodillas enjutas
Deformadas por caídas literales
Que señalan hacia distintos rumbos
Haciéndome andar erradamente
Con tobillos delgados que con suerte me sostienen
Unidos a unos pies de hilos
Que se vuelan de cuando es vez
Y les cuesta aferrarse al suelo
Ahora si hablamos de lo intrínseco
En realidad no tengo certeza
Sé que hay un par de pulmones
Que olvido oxigenar
Un músculo poco desarrollado
Que me acuerda de su existencia
Cuando acaba el otoño
Un sistema circulatorio
Que fluye con bilis negra una vez al mes
Eso en lo objetivo
Ahora se podría decir que siento de tal o cual manera
Pero eso no depende de mí
En realidad es re poco lo que depende de mí
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