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Ha ciertos tipos de personas que me desagradan (sí, hoy tiraré mierda porque sí no más).

En primer lugar está el tipo obvio, que juran que nadie nota su mensaje entre líneas, que en realidad ni para eso les alcanza, son un libro abierto que no es capaz de consultar las dudas a la cara, pero aún así las hacen predecibles. También está el segundo tipo, ese que se preocupa más de la vida ajena (y como cagarla), que de la suya (que ya está harto cagada) es como una cuestión tan tragicómica, una actitud nada constructiva. Por otro lado está el tipo de personas cínicas, doble estándar, que andan con la sonrisa de oreja a oreja de frente y por la espalda el puñal reluce de lo lindo, me dan pena, por que para peor de colmos juran que son peligrosas y que alguien les teme, já. También me desagradan, pero mucho menos que los tipos anteriores, las personas incapaces de hablar de algo más que amor, se vuelven tan monótonas, ese es su único pecado: ser aburridas. Per así confesando (y solo a ti blog espectador) no conozco a estos tipos de personas cada una por separado, sino que todos estos tipos en una sola persona. Calcula como puede darse el lujo de pisar el mismo suelo, respirar el mismo aire que el resto, y más encima caminar con la frente en alto.