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Respira aire viciado pasado a bohemia barata, de esa que se obtiene con ochocientos pesos y se baraja con jugo en polvo. En sus cuencas vacías no brilla el sol, porque este ya no nace, no muere, no vive, no se mueve… hay cosas que no nos pertenecen y otras que jamás nos pertenecieron, pero nos hicieron creer que sí. Puede que haya un tono de resentimiento en lo que digo, tal vez sea un sentimiento real, como también puede que no. Se supone que todos lo días es lo mismo, pero hoy conocí a un anciano que a su cama le llamaba cuadro, a su silla reloj despertador y a su espejo álbum de fotos. A él se le olvidó su antiguo lenguaje y ya no pudo entender al mundo, lo cual no estaba nada de mal, lo peor fue que el mundo no lo comprendió más a él… ¿y yo? Que jamás le he cambiado el nombre a nada y me he apegado lo más que he podido a las costumbres ¿por qué? Uff, estamos siendo autorreferente otra vez… eso no tiene nada de novedoso y lo común no llama la atención. También está nublado, como que el otoño vino a decir presente, pero yo sé que no volverá hasta un buen tiempo, es como una suerte de racconto, o flash back para ser más precisas, que hermosura que el tiempo pase y las cosas continúen de igual manera. ¡Ah! Ed ya se aclaró y salió al fin del refrigerador, se fue a comprar un par de alas, se hizo un fashion emergency y vino a verme a mi ventana, me preguntó un par de cosas que me descolocaron un poco, pero las respuestas me volvieron a posicionar en el lugar preciso en el instante incorrecto, para variar un poco digo yo.-

y nunca llego al punto que debería llegar.