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El otro día decidí que quería hacer algo que cambiara la vida de las personas, algo que las marcara y se recordara. Comencé hace un tiempo ya, pero creo que recién hoy han madurado los ideales sembrados ayer. Recorté pequeños trozos de papel cuadriculado arrancados de las páginas muertas por el ocio y los escribí por ambos lados con letra casi ininteligible luego los despedacé y los lancé al viento por la ventana de la micro. Aprendí a gritar lo que sentía con la mirada, me hice de unos cuantos detractores de mis ideales utópicos y a la vez de gente que estuviera dispuesta a recordar conmigo dicho suceso… como dije, ya lo puse en marcha todo, solo me queda esperar cual será la respuesta a esta, mi pequeña revolución.-