Comprenden ~

15/12/08

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Paz ya no quería seguir con esto, era cosa de un movimiento más para cambiar el curso de la historia… ahora se preguntarán ¿cuál es la historia?, partamos del principio: Paz era una joven con afanes de niña cuyo nombre nunca calzó con su vida. El ajetreo, la rutina y la desolación eran tópicos cotidianos en ella. Soledad era el nombre de su madre, mujer ocupada en lo suyo y egoísta implícitamente, pues se desvivía por paz, pero entre tanto trabajo el tiempo con ella se volvía un actor secundario. Su padre simplemente no lo conoció y siendo sincera nunca sintió curiosidad por hacerlo. Se crió prácticamente sola con un perro por única compañía, lo llamaba Saber y era el único que salía a recibirla agitando su minúsculo rabo. Se aproximaba la época de navidad y si hiciéramos un recuento de cómo habían sido seria algo así: 15 navidades frías con una cena ajena a la mano de su madre, cocinada sabrá Dios por qué cocinero de supermercado. 45 regalos ostentosos que solo la hicieron sentir más miserable y un árbol ausente por el mezquino tiempo que su madre disponía para la casa. Nada le hacia suponer que esta seria distinta, veía con temor como sus cercanas sentían un placer casi patético por esta fecha, por las compras y demás. Sin embargo las veía felices… Sí, felices. Tal vez eso fue lo que encendió su switch, su bichito de envidia, su nosequé. Paz ya no quería seguir con esto, era cosa de un movimiento más para cambiar el curso de la historia: ramas, una estrella arriba, luces a punto de encenderse… -¡Feliz navidad!- se dijo, mientras brindaba con sus sueños y el recuerdo de lo que nunca fue, en tanto un grillo acertado tarareaba la melodía que ella quisiera escuchar. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Su trabajo de lenguaje, infaltable

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